lunes, 17 de enero de 2011

Interior.

Mi padre ya no sabe sobre que quejarse. Lleva unos días alegando que los abrigos que tiene le durarán para toda la existencia, que no vivirá tanto para deteriorarlos y cosas así. No habla de otra cosa, lo mete en toda (que son pocas) conversación posible. Menos mal que lo dice con humor, pero yo sé que está sufriendo por dentro, siente que se está muriendo.
Mi madre no le hace caso, como ha hecho siempre, y es que ella es como la “Madre Naturaleza”, siempre siembra el caos en las zonas más pobres y débiles.
Yo mientras tanto, cuando llega la noche, descorcho otra botella de sidra o champán por la ventana, (manía que tengo) y paso otra noche en vela, muriendo también poco a poco en dicha franja horaria, como si la ausencia de luz natural minimizase la vitalidad. Pero sé que no es eso, es algo interno.