viernes, 22 de abril de 2011

En "última" persona.

A, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k… Un sinfín de vocablos a enlazar para acabar escuchando lo mismo. Que si no te acuestes tarde, que si estudia hijo, que si esto, que si lo otro. No quiero entrar en detalles de cada persona, ni jerarquizar la cultura de cada una, pero, más de uno podría sorprender y más de dos, seguro, no saben lo que dicen.
Enfermo me ponen los tonos de voz polifónicos y las frases hechas de tómbola, por favor, esas miradas “románticas de enamorados” acompañadas de esas sílabas tan coquetas escuchadas de otros sujetos, son del mínimo grado de exploración interior. No, yo tampoco me conozco por dentro, y las radiografías que he visto, tampoco dicen mucho, pero que voy a decir entre líneas para que alguien así pueda entenderlo. Nada.
Empiezo direccionado el tema hacia lo que pone, claramente (entre líneas, que irónico), y se tuerce semánticamente al amor. A veces entiendo a los poetas de antaño que sólo hablaban de él.
Será que es cierto, el amor está en el aire, pero yo no me enamoré del CO2
.